La pandemia trajo consigo muchos cambios en la sociedad, algunos de forma muy radical, como el aislamiento de familiares y amigos, o confinamientos extremos. Por otro lado, estos cambios trajeron algunas modificaciones, el incremento de ventas online, repartos o entregas en puerta, y por último la inclusión del teletrabajo en áreas y ámbitos inimaginables, con el fin de evitar el contacto con otras personas que pudiesen estar o no contagiados del virus. En respuesta a esta situación muchas empresas y negocios tuvieron que adaptarse de forma drástica a estos nuevos cambios, teniendo que aplicar ciertas normas en el área de trabajo. 

En Grupo Ideonomía hemos hecho frente a la situación de la pandemia, llevando a cabo la definición e implementación de normas y medidas preventivas basadas en el marco publicado tanto por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, como por el Ministerio de Sanidad, que permitieron retomar el trabajo presencial en nuestras oficinas, logrando obtener un área laboral segura. 

Actualmente, se encuentra vacunada con pauta completa el 76,9% de la población en España, según los datos consultados a la fecha en la web del Ministerio de Sanidad; con lo cual, se comienza a generar cierta sensación de tranquilidad, aumentando nuevamente la ilusión de volver a salir y recuperar los hábitos que se tenían antes de la pandemia. 

A fecha de hoy, nuestra plantilla de trabajadores se encuentra 100% vacunada con la dosis completa, pero seguiremos manteniendo las medidas dentro de nuestras áreas de trabajo, como el uso obligatorio de las mascarillas en todo momento, el distanciamiento social de trabajadores de metro y medio entre nuestros puestos de trabajo, manteniendo un ambiente ventilado, en el cual circule el aire constantemente. Por otra parte, en el caso de que un trabajador de positivo o sospeche que pueda serlo, por haber estado previamente en contacto con una persona contagiada, este lo debe informar oportunamente a su superior para que de esta forma podamos activar el plan de contingencia especial de teletrabajo para todos los empleados mientras dure la cuarentena exigida. Adicionalmente, el trabajador deberá realizase pruebas PCR para descartar cualquier brote, que pueda afectar tanto a los demás compañeros de trabajo, como a sus familiares. 

Teniendo en consideración que el 100% de nuestra plantilla se encuentra vacunada, nos hacemos la siguiente pregunta, ¿Se mantendrá el estilo de vida que conocimos durante la pandemia o retomaremos el anterior a ella?. 

Lo que podemos observar según recomendaciones de expertos, es que no debemos bajar la guardia; aunque tengamos la dosis completa de vacunación. Aún cuando el riesgo de contraer el virus estando vacunados es muy pequeño, debemos seguir atentos a los síntomas de la Covid-19. Lo que sí es cierto es que muchos de los hábitos adquiridos, como por ejemplo el teletrabajo, van a continuar y permanecer en el tiempo, por la cantidad de beneficios que esto supone para la sociedad en general. 

Si habéis tenido oportunidad de leer nuestro blog, sabréis que un tema recurrente y que tiene mucha relación con las decisiones que deben tomar los departamentos de marketing de las empresas, tiene relación con el mundo de los datos. Entre ellos, su recogida, normalización y explotación de los mismos por parte de las marcas… 

Pero, ¿sabéis finalmente dónde y por quién se guarda toda esta colosal información? 

Todos de alguna manera hemos oído o estamos acostumbrados a escuchar; «los datos están en la nube”, “sube los datos a la nube” o “trabajamos en la nube”, etc., y estamos cada vez más familiarizados con aplicaciones como “DropboxGoogle DriveOneDriveICloud o Amazon” creadas específicamente para trabajar de esta manera.  

¿Pero qué significa esto y que repercusiones tiene sobre la información que volcamos en estas plataformas? 

Cuando nos referimos a trabajar en la nube, estamos hablando de almacenar y recuperar nuestros datos personales o corporativos desde nuestra pequeña o gran parcela de internet. Es decir, en estos casos, no almacenamos nuestra información en el disco duro del ordenador, pendrive o disco duro externo, sino que la información la guardamos en grandes servidores donde los datos quedan alojados en espacios de almacenamiento virtuales en lugar de físicos, dándonos la posibilidad de acceder a esta información desde cualquier dispositivo u horario.  

Pero también cuando utilizamos servicios como el correo electrónico, accedemos a las plataformas de streaming (vídeo o música), nos descargamos cualquier archivo, realizamos cualquier tipo de operación bancaria o de compra, estamos usando la nube. Estos diferentes servicios están operativos las 24 horas del día, los siete días de la semana para que tú, en el momento en que lo necesites, puedas utilizarlo.  

Esto que parece muy novedoso, en realidad apareció en la década de los 60 del pasado siglo y parte de una idea muy sencilla, almacenar información en unos enormes servidores a los que se puede acceder más tarde de manera remota para consultar, corregir, eliminar o crear nuevos contenidos sin necesidad de estar allí presentes.  

Sin embargo, fue la irrupción de los smartphones a finales de la primera década del 2.000 lo que motivó que proliferaran diversos servicios de almacenamiento que permitían a los usuarios disponer de un mayor espacio para guardar fotos, vídeos, música o cualquier tipo de documentos sin consumir el espacio físico de sus dispositivos.  

La mayoría de estos servicios, tal como hemos comentado al inicio están en manos de los gigantes tecnológicos americanos los cuales, en la mayoría de los casos, además de disponer centros en sus propios países, disponen de enormes superficies “granjas de servidores” para tratar los datos “data center” en muchos rincones del mundo, buscando las mejores condiciones tanto de refrigeración, que necesitan estos enormes equipos, como económicas por la cantidad de energía que consumen, así como del monumental espacio que necesitan para estos servidores. 

Esto implica que, en la mayoría de las ocasiones, no sabemos con exactitud dónde se encuentran nuestros datos, de hecho, es sobradamente conocido que solo el 20% de la población que usa este tipo de aplicaciones se llega a plantear donde residen sus datos personales o corporativos.  

Por otra parte, estas empresas tampoco suelen ser muy transparentes a la hora de aportar esta información a sus usuarios, puesto que ellas, gracias a que ofrecen sus servicios gratuitos de almacenamiento pueden recoger el “maná” de este siglo XXI, los datos de los usuarios, obteniendo beneficios de un negocio tremendamente lucrativo. 

Como he comentado al inicio, actualmente el mercado de la nube, está dominado por los gigantes americanos con las siguientes cuotas: Amazon Web Services (30%), Microsoft Azure (20%) y Google Cloud (9%), sin embargo, Europa se está movilizando para que sus empresas dejen de depender de las tecnologías estadounidenses en este campo y han puesto en marcha una iniciativa pública-privada denominada “GAIA-X” con la que se pretende contrarrestar esta dependencia.  

En este sentido la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyenha puesto lo digital en el centro de sus planes para la Unión Europea. En su discurso sobre el estado de la unión de septiembre, declaró que los próximos diez años serán la «década digital» de Europa. «Europa ahora debe liderar el camino en lo digital, o tendrá que seguir el camino de otros, que están estableciendo estos estándares para nosotros», dijo, y anunció que parte del fondo de recuperación NextGenerationEU Covid-19 de la UE de $ 750 mil millones se destinará a GAIA-X. 

Por otra parte, GAIA-X se presenta así misma, “como la próxima generación de infraestructura de datos” con la concepción de: “un ecosistema digital abierto, transparente y seguro, donde los datos y servicios se pueden poner a disposición, recopilar y compartir en un entorno de confianza manteniendo siempre el control sobre los mismos” 

El propósito final pasa por desarrollar un entorno de datos basado en valores de apertura, transparencia y confianza, generando un sistema en red, que une a muchos proveedores de servicios en la nube. 

La arquitectura de GAIA-X se basa en el principio de descentralización. GAIA-X es el resultado de una multitud de plataformas individuales que siguen un estándar común: el estándar GAIA-X basado en los estándares de datos y soberanía existentes, así como en los componentes de infraestructura aplicables, incluyendo lo siguiente:  

Estándares regulatorios (que tiene relación con los estándares legales y regulatorios de una jurisdicción particular). 

Estándares específicos de la industria (en los que se definen las ontologías verticales e interfaces de programación de aplicaciones en función de reglas de privacidad específicas o de la propia importancia del negocio, estando abiertos a definir nuevas reglas de cumplimiento específicas para determinadas industrias). 

Estándares técnicos (con los que se trata de asegurar la interoperabilidad entre los diferentes proveedores). 

GAIA-X fue fundada en enero de 2021 por 22 empresas y organizaciones y a día de son más de 2.500 colaboradores los que participan y se han unido 300 miembros de todo el mundo a esta asociación, comprometidos con el propósito para el que fue creada dicha entidad.  

La estructura organizativa de Gaia-X se basa en tres pilares: la Asociación Gaia-X, los Centros Gaia-X nacionales y la Comunidad Gaia-X. 

Si estás interesado en formar parte de este proyecto descubre cómo puedes unirte a él y desde Grupo Ideonomía os animamos a hacerlo, pues desde nuestro punto de vista, esta iniciativa europea representa una excelente oportunidad de formar parte de un entorno de trabajo abierto, transparente y seguro para la gestión de los datos, que las marcas son capaces de recoger de sus usuarios, lejos de la opacidad tradicional que las multinacionales americanas han tenido con el tratamiento de la información generada por las empresas. 

Fuentes:  https://www.gaia-x.eu/ – https://ec.europa.eu/info/strategy/strategic-planning/state-union-addresses/state-union-2021_es

Esta semana venimos a tratar un tema más cercano a la ciencia ficción que al marketing.

Se trata del metaverso, un fenómeno que, en un futuro próximo, hará real algunas de las previsiones que nos mostraba la serie Black Mirror en sus trepidantes capítulos.

Si todavía no lo conoces, prepárate para incrustarlo en tu cabeza en los próximos meses, ya que según parece, tendrá la misma tendencia que el bitcoin en los últimos años. Además, es una idea que no posee una forma definida, quedando abierta a la imaginación y a las diferentes suposiciones de los usuarios.

Imagen: Black Mirror, episodio ‘Paytest’ – Fuente: Google Imágenes

Si bien este término aparece escrito por primera vez en 1992, en la novela de género ciberpunk Snowcrash del escritor estadounidense Neal Stephenson, no ha sido hasta este verano de 2021 que ha reaparecido y se ha colado en todos los periódicos y medios tecnológicos.

Pues bien, existen diferentes definiciones de lo que puede llegar a ser el metaverso. Según Marck Zuckerberg: “Será un internet personificado, operado por diferentes usuarios de forma descentralizada”. Por otra parte, Rev Lebaredian, CEO de Nvidia, afirma: “Estaremos hablando de crear otra realidad, otro mundo tan detallado como el mundo real”. Internet del futuro, Internet 2.0, mundo virtual, cruce entre el mundo real y el virtual…

En resumen, un mundo virtual en 3D, interactivo, inmersivo y colaborativo. Eso es precisamente lo que quieren llevar a cabo algunas de las empresas más grandes del sector, tales como Facebook, Microsoft o Nvidia.

¿Te imaginas poder llevar una vida en paralelo a tu vida real dentro de un mundo virtual? En él, podrías acudir a conciertos, eventos, exposiciones de arte… o incluso trabajar en tu propia oficina.

La realidad virtual, tecnología mediante la cual se da forma a este mundo, lleva desde los años 80 bajo investigación y desarrollo. A día de hoy, no se han conseguido desarrollar unas gafas de realidad virtual que sean asequibles para todos los usuarios, por lo que, la llegada del metaverso dependerá en gran parte, de la evolución de dicho sector.

Se pretende que el metaverso sea completamente descentralizado, es decir, que no sea dirigido por una o varias empresas, sino que esté interconectado entre los diferentes usuarios como ocurre con internet.

Dicha descentralización abre la puerta a otra tecnología que quizás te suene, y de la cual hemos hablado previamente en nuestro blog, el Blockchain.

La posibilidad de incluir dicha tecnología abre un abanico de posibilidades inmensas tales como la creación de una economía virtual con Bitcoins o la capacidad de crear un mundo autogestionado.

Imagen: Bitcoin – Fuente: Google Imágenes

Esta idea tan ambiciosa del metaverso está siendo un reclamo para las grandes empresas tecnológicas que han iniciado su carrera por la creación del primer “mundo virtual”.

El que parece estar en cabeza de carrera es Facebook, quien viendo peligrar su monopolio publicitario, ha tomado riendas en el asunto. En 2014 adquirió Oculus, empresa dedicada a la fabricación de gafas de VR, y poco tiempo después, creó  “Horizon Workrooms” una plataforma en la que poder llevar a cabo reuniones inmersivas mediante las gafas de realidad virtual.

Marck Zuckerberg contaba con la idea de crear un mundo virtual desde el instituto, pero no es el único interesado en dar forma a esta idea. Sin ir más lejos, Epic Games, empresa desarrolladora de videojuegos como Paragon o Fortnite, ha lanzado una ronda de financiación de 1000 millones de dólares para dar comienzo a un proyecto con el cual se consiga crear este mundo 3D.  Ellos mismos han dado los primeros pasos en cuanto a lo que podemos esperar del metaverso, celebrando conciertos multitudinarios dentro de su juego o dando la capacidad a los usuarios de disfrutar de eventos únicos desde el sofá de su casa. Sin embargo, estos eventos carecen de esa sensación de inmersión 3D, por lo que aún queda mucho camino por recorrer.

Imagen: Concierto de Ariana Grande en la plataforma Fortnite – Fuente: Google Imágenes

No obstante, el metaverso no se ciñe únicamente al sector de los videojuegos, va mucho más allá. Según Jensen Huang, CEO de Nvidia: “En los próximos años, toda fábrica y todo edificio tendrá un gemelo digital que simulará y replicará la versión física de él». El propio Nvidia cuenta con su propio proyecto de metaverso llamado Omniverso, en el cual quieren hacer posible probar entornos industriales a escala real. Ya han realizado su primera prueba replicando a escala real la fábrica de BMW situada en Resengurg, Alemania.

Otra empresa tecnológica que se une a la moda es Microsoft, quien habla de este fenómeno como un “metaverso empresarial” del cual da pocos detalles, y es que se espera que esta tecnología pase de mover 17.000 millones de dólares, como hizo en 2020, a 184.000 millones en 2026, según las estimaciones de Intelligence Mordor.

Toda esta idea genera grandes expectativas empresariales, pero a su vez lo hacen las posibles repercusiones que puede tener este “mundo virtual” en la sociedad. Disociación de lo real y lo virtual dando lugar a graves trastornos psicológicos, adicción por un mundo irreal y, en ocasiones, “preferible a la vida real”, violencia y agresiones a los cuerpos virtuales o diferenciación por clases en base a la indumentaria y al poder económico.

Mi mayor preocupación sobre el metaverso es: ¿estamos listos?», dijo Avi Bar-Zeev, fundador de la consultora de realidad virtual y realidad aumentada RealityPrime y ex empleado de Apple, Amazon y Microsoft, donde trabajó en HoloLens.

La misma pregunta que se hace Bar-Zeev la trasladamos a nuestro sector: ¿Qué futuro le espera al marketing y a la publicidad con la creación del metaverso?

Siempre se nos ha considerado un sector camaleónico y capaz de adaptarse a los diferentes cambios provocados por los avances de la tecnología. La aparición de un medio completamente virtual e inmersivo arroja miles de posibilidades tales como nuevos intereses, formatos, o medios por los que hacer llegar el producto a los diferentes usuarios que se encuentren en él.

Según Mark Zuckerberg, la publicidad está destinada a ser un recurso clave en el metaverso, pero todavía queda por descubrir cuáles serán nuestras oportunidades.

Este titular corresponde a una noticia del portal Magnet que me ha llamado poderosamente la atención, dado que no hay día que el telediario no haga sobre ello una noticia.

Es interesante el articulo, pero me ha resultado todavía más interesante los comentarios de los lectores y, sobre todo, la “pelea verbal” entre un par de ellos.

Es sorprendente cómo estamos cambiando socialmente y cómo cada día somos más ajenos a las normas y al cumplimiento de las mismas. La pandemia no ha dejado de mostrarnos la parte más cainita de nosotros, la menos solidaria. Gente sin mascarilla, botellones, falta de distancia social… Mientras, otros las cumplían a rajatabla y se jugaban la vida por ello.

El telediario nos muestra también cómo, sobre todo, en este caso concreto, los más jóvenes no hacen caso de las normas y se enfrentan de manera violenta a quienes intentan hacer que se cumplan.

Es difícil posicionarte sobre si la gente se escaquea o no en el teletrabajo. No es de recibo que tengas que poner detectives para verificar si la gente trabaja o no, o detectores de presencia a distancia en los sistemas para comprobar que la gente está frente a su ordenador. Todo esto lo encuentras a nada que haces búsquedas y la reflexión es clara ¡Qué falta de valores y de ética, como sociedad, tenemos!

Qué extraño se me hace ver estas cosas cuando aún recuerdo los consejos de mi madre, cuando entré en mi primer trabajo. Sé responsable y cumple con tu cometido, esfuérzate todo lo que puedas y veras como da resultado. La cultura del esfuerzo que nos inculcaron nuestros padres a los que ya tenemos unos años fue esencial. Los valores éticos y morales por los que se regían también eran distintos a lo que presenciamos ahora.

Está claro que no podemos demonizar a todos, pero es evidente que, como sociedad, debemos de hacérnoslo ver porque demasiadas cosas están cambiando y no todas para bien.

En cuanto a nuestra experiencia he de decir que no hemos tenido ningún problema con nadie. Somos 14 trabajadores y trabajamos presencialmente y desde casa. Cierto es que cuando tienes a gente muy joven e inexperta se hace más necesario el trabajo presencial, siempre es más cómodo y productivo una guía y un seguimiento cercano.

El teletrabajo ha llegado para quedarse, para combinarse con el presencial. Dependerá de la actividad en la que trabajes para que éste sea mayor o no, pero lo que está claro es que NO habrá espacio para los jetas, para los que no se esfuerzan por mantener su puesto de trabajo, para los que no ponen en valor lo que tienen y para los que son tan insolidarios con el resto de sus compañeros.

Durante un tiempo hubo tantos campeones negros que dominaron el cuadrilátero, que cualquier púgil prometedor de raza blanca era etiquetado como la esperanza blanca. La esperanza estaba presente; pero pasaron muchos años hasta que un púgil blanco logró alzarse con el campeonato mundial de los pesos pesados. Desde hace algún tiempo, podemos aplicar el mismo apelativo a la inversión publicitaria realizada en la televisión conectada (CTV).

A medida que se amplían las opciones de visualización de televisión, también lo hacen las oportunidades publicitarias. La publicidad televisiva tradicional ya no es la única opción para que los anunciantes interactúen con los consumidores en la pantalla grande; pero la traslación de las inversiones a esa nueva realidad está siendo más lenta de lo que hubiéramos pensado años atrás. Mi percepción personal es que a estas alturas de la película, la planificación y compra de espacio en CTV sería un hecho habitual; sin embargo es todavía un hecho menor, y no parece que a corto plazo veamos una aceleración del proceso, por lo menos en nuestro país. Pongamos el ejemplo de lo que está sucediendo en el mercado norteamericano. La televisión conectada ya llega al 59% de la población, y se espera que crezca hasta el 63% en 2023; sin embargo la publicidad de CTV todavía está lejos de llegar a la misma cuota en cuanto a inversión se refiere.

Las buenas noticias proceden de diferentes informes que pronostican una inversión en CTV con aumentos anuales considerables en el mercado estadounidense. Según un estudio del Equipo de investigación de acciones de Wall Street en BMO Capital Markets, la inversión en publicidad de televisión conectada en los EE. UU. alcanzará casi $ 21 mil millones este año, y crecerá a una tasa anual de alrededor del 23% hasta 2030, alcanzando de esta manera los $ 100 mil millones. Para situarnos mejor, y contar con alguna referencia, es interesante subrayar que la inversión en TV lineal ascenderá a los $ 68 mil millones este año en este mismo mercado según Statista. Es difícil encontrar pronósticos para nuestro país; pero con el retraso habitual en la adopción de nuevas iniciativas y transferencias de inversión entre medios, la inversión en nuestro país en CTV tenderá antes o después a replicar el modelo USA.

Los beneficios de la publicidad en televisión conectada son evidentes. ¿A quién no le seduce combinar la notoriedad, atractivo y fortaleza audiovisual de los spots en TV, con los atributos y posibilidades que aporta el marketing digital? La mezcla parece perfecta. No cabe otra posibilidad que ser optimistas sobre el futuro de la publicidad CTV. Sus capacidades avanzadas de segmentación son muy superiores a las de la publicidad televisiva convencional. A través de acciones de marketing en CTV podemos definir segmentos de audiencia relevantes; mientras que nos posicionamos junto a contenidos premium, y/o programas específicos, tal y como estamos acostumbrados a hacer en nuestras planificaciones en la televisión convencional. Todas las capacidades programáticas son posibles, desde el retargeting hasta la segmentación contextual, por citar sólo un par de ejemplos.

¿Pero es la publicidad en CTV  totalmente interactiva? Sí. La interactividad bidireccional entre consumidores y anunciantes es ya una realidad y existen diferentes técnicas para activarla. Una simple superposición interactiva en nuestro spot dará la oportunidad a los consumidores de acceder a landings específicas, quasi personalizadas, y trasladarlos a experiencias 1:1. Los anunciantes pueden utilizar sus datos, y data de terceros, y así impactar a los consumidores con anuncios muy personalizados.

A diferencia de la compra en la TV lineal, que por definición se orienta a una amplia demografía, la CTV puede dirigirse directamente a un hogar o incluso a un usuario individual.

Si todo son beneficios, ¿por qué en España la adopción está siendo tan lenta? Recordemos que el mercado español de la televisión comercial es un oligopolio en toda regla ¿Le interesa a Mediaset y a A3 entrar con rapidez y con toda la munición disponible en este mercado? No. Para ellas es mucho más rentable agotar el modelo actual, mientras que van perfilando y acomodando, con muchas resistencias internas, su modus operandi a un futuro “incierto”. El modelo es decadente, pero todavía rentable, con fuertes barreras de entrada, y razonables EBITDAS. Todo llegará, pero quizás no sea para ellas una situación acuciante ¿O sí?

Hace escasos meses, se anunciaba por parte de Amazon la compra de uno de los estudios más emblemáticos de la historia del cine, la Metro Golden Mayer, por la discreta cifra de 8.500 millones de dólares. De esta forma, se abre una nueva veda donde los servicios en streaming tienen la fuerza suficiente como para comprar directamente estudios de producción, además de crear sus propios contenidos de calidad (como en este caso Amazon, pero también pudimos ver otro ejemplo con la compra de FOX por parte de Disney+), haciendo que sean cada vez más las opciones que tiene el usuario para consumir contenidos bajo demanda.

Evolución de suscriptores en plataformas de streaming – Fuente: https://hipertextual.com

Pero, ¿a qué precio?

Ya no me refiero al posible precio de cada una de las suscripciones (de hecho, se ha demostrado que de media en Europa los usuarios tienen hasta 3 plataformas OTT contratadas), sino a la sobreexposición muchas veces nombrada de los usuarios hacia la infinidad de contenidos que se ofrecen y respecto a esa sensación generada pareciendo que, si no tienes todas las plataformas, el contenido de mas actualidad y el que está de moda en la última semana, te lo vas a perder.

Ayer mismo, Comcast Corporation y Viacom CBS Inc. anunciaban el lanzamiento de SKY Showtime, una nueva plataforma de servicios en streaming y bajo demanda que llegará en 2022 a nuestro país. La plataforma incluirá entre sus contenidos, los originales de SHOWTIME, Nickelodeon, Paramount Pictures, Paramount+ Originals, Sky Studios, Universal Pictures y Peacock, prometiendo estas dos grandes productoras más de 10.000 horas de entretenimiento para los usuarios.

Aún no se ha confirmado ni el precio, ni la fecha del lanzamiento, ni la calidad del streaming definitivos, pero en los próximos meses empezaremos a tener mucha más información sobre todo lo relacionado a este nuevo actor de la Streaming Wars.

Debemos tener en cuenta que SKY ya intentó hacer en solitario su inmersión en el mercado del entretenimiento en España, pero después de tres años cerró puesto que no se habían conseguido los objetivos planteados. Terminaron los contratos con los diferentes proveedores y durante un mes, el servicio fue gratuito pero con la mitad de los contenidos. Hacían alusión a que “en un mercado del streaming cada vez más saturado, no hay hueco para todos ya que se produce cierta fatiga entre los usuarios” que es un poco a lo que queremos hacer alusión en este post.

¿De qué forma afectan estos movimientos a los operadores?

Actualmente, muchos de los contenidos que están o van a estar en las diferentes plataformas están también disponibles en otras plataformas o en televisiones de los operadores (los canales llegan a acuerdos con los diferentes operadores para distribuir los contenidos), convirtiéndose éstos en los mayores agregadores de contenido (cine y series entre otros) siendo reclamo para aquellos usuarios que no tienen contratada ninguna de las plataformas, más allá de que ya vengan incluidas en algunos de los paquetes de contratación.

Respecto al futuro que les depara a los operadores ¿será convertirse en plataformas de contenidos en streaming? ¿habrá nuevas alianzas entre las grandes compañías para ofrecer servicios de una forma menos fragmentada? Todas esas preguntas tendrán su respuesta con el tiempo y tendremos que estar preparados para, no solo estar enterados de las últimas actualizaciones del mercado, sino cómo éstas pueden afectar a nuestro trabajo y nuestros procedimientos.

Esta nueva versión 4.0, presentada por el gigante Google durante el pasado octubre, marcará un punto de inflexión respecto a la versión actualmente utilizada, Universal Analytics (UA), que lleva vigente desde 2013.

 Y es que no solo trae consigo innumerables mejoras, sobre todo de cara a analizar de forma conjunta canales que hasta ahora se medían de forma independiente y que ayudarán a entender mucho mejor la relación del usuario con las marcas, sino que conlleva un nuevo método de medición más enfocado a negocio, pero muy diferente al que llevamos años acostumbrados.

Entrando en harina, como comentábamos inicialmente, la principal ventaja aportada por GA4 (Google Analytic 4.0), es la integración en una misma plataforma de la analítica de canales hasta ahora aislados, como el tráfico web medido desde UA y el tráfico de Apps de la mano de Firebase. Este análisis conjunto, nos ayudará a comprender de manera más sencilla el comportamiento del usuario durante todo el funnel, consiguiendo atribuir las conversiones de manera más precisa.

Otra de las mejoras aportadas, es la variedad de Informes de los que dispone. Estos, son más completos y centrados en el recorrido del cliente y su comportamiento hasta completar la conversión. Por suerte para nosotros, esta nueva funcionalidad nos permitirá tener una visión global de todas nuestras campañas.

El gran cambio que provocará un mayor esfuerzo de adaptación por parte de la comunidad es la forma en que trabaja GA4 la medición. Hasta ahora, se ha venido realizando mediante hits o envíos de una señal desde nuestro sitio a Google Analytics en formatos de sesiones y páginas vistas, o a través de eventos personalizados creados ad hoc para seguimientos de datos concretos (descargas, clic en botón, envíos de formularios…), eventos que requerían un tiempo de construcción e intervención manual y, por tanto, un coste de set up añadido.

Ahora el paradigma cambia, los eventos se convierten en los protagonistas diciendo adiós a las sesiones y las páginas vistas tan utilizadas hasta ahora.  Con esta actualización, las vistas de páginas no son otra cosa que un evento más, y la calidad de la navegación se medirá por tiempo y % de scroll, en lugar de ser medida con la actual tasa de rebote. De esta forma, se simplifica todo el proceso tratando de utilizar una métrica que unifique el comportamiento multiplataforma del usuario para poder medir de una forma más granular y con una perspectiva más de negocio todas las interacciones del usuario.

Pero, por si fuera poco, el amplio catálogo de eventos que ofrece GA4 (predeterminados, mejorados, recomendados según tipo de industria…) elimina la necesidad de tener un conocimiento técnico para implementaciones de código que sí exige la versión actual, ya que la nueva plataforma los crea y los implementa de forma automática en su gran mayoría.

Como punto importante de esta actualización, destacamos la incorporación de Machine Learning, que dota de capacidades de predicción automática para detectar patrones e insights que permitan una mejor segmentación y cualificación de los clientes potenciales. GA4 nos permitirá conocer las probabilidades de conversión, o anticiparnos ante altos ratios de churns.

Optimize Smart

Si hablamos de audiencias, GA4 también permite gestionar las audiencias automáticamente. Es capaz de realizar un aprendizaje progresivo a través de la información recopilada de los usuarios. Este aprendizaje permitirá al algoritmo pulir los criterios de clusterización y ver si existe necesidad de movimientos de los usuarios a otros segmentos.

Respecto a la interfaz, una de las repercusiones del nuevo Analytics es que, desaparecen las vistas en las propiedades, a través de las que podíamos tener un sistema de analítica personalizado para cada uno de los usuarios, por ejemplo, de diferentes departamentos. En su lugar, tenemos los flujos de datos, que pueden llegar desde diferentes webs o Apps, permitiendo un análisis multiplataforma e incluso un análisis multidominio para las empresas con esta necesidad.

Dentro de las últimas funcionalidades introducidas el pasado mes de junio resaltamos la posibilidad de importación de eventos offline y la integración de GA4 con Admob (medición de anuncios para Apps). Como vemos, esta versión está aún en construcción, ya que, de momento no tiene integración con la totalidad del entorno de Google. Actualmente, solo cuenta con la integración en Google Ads y, como novedad, BigQuery, un almacén de datos en la nube que antes solo estaba disponible para cuentas premium.

Actualmente, esta nueva versión está conviviendo con UA, y es que, como toda versión Beta, continúa evolucionando e incorporando actualizaciones que la continúan puliendo. Pero, sobre todo, lo más importante de esta convivencia, es que las marcas tengan un periodo de adaptación y trabajen con ambas versiones simultáneamente enviando datos a esta nueva propiedad para no perder todo su histórico de Analítica.

Desde Grupo Ideonomía, os animamos a comenzar a trabajar en paralelo cuanto antes con GA4. Nosotros ya estamos realizando un trabajo de inmersión en este nuevo entorno para que, nuestros clientes lleguen lo mejor preparados a este cambio y sepan cómo sacarle el mayor partido a esta herramienta.

Si pensamos en el concepto del éxito, a muchos se nos vendría a la mente el nombre de Jeff Bezos, fundador del imperio de Amazon.

Como si de una predicción se tratase, ya cuando pusieron el nombre a una empresa que nació en 1994 en un garaje de Seatle con su nombre escrito en un “grafiti”, Bezos trató de transmitir la filosofía con la que soñaba en aquel momento: que su tienda online tuviera la mayor variedad de productos vista hasta la fecha, es decir, encontrar cualquier cosa “de la A, a la Z”.  

Imagen: Primera oficina de Amazon, 1994. Fuente: El Español.

En un inicio, se puso en marcha como una tienda de libros online, pero fue tal la acogida que recibió su propuesta que, tan solo dos años después, ya tenía 2.000 visitantes diarios, por lo que, al poco tiempo en 1998, tomó la decisión de incluir en su oferta los CD´s y DVD´s.

Pero no todo ha sido tan sencillo, ya que tras patentar la funcionalidad de su web en 1999 de “buy now with 1-click”, en ese mismo año la compañía sufrió las consecuencias de una fuerte caída en el valor de sus acciones. Tras hacer frente a esta dificultad, tres años después firma un acuerdo con varias empresas del sector textil. Posteriormente, entraron en juego los dispositivos electrónicos, juguetes, utensilios de cocina y un sinfín de licencias otorgadas a otros comercios electrónicos, con el fin de comercializar sus productos a través de la plataforma del momento, generando así ingresos adicionales para Amazon.

En 2011, el líder del comercio electrónico hasta el momento llega a España y cuatro años más tarde, continúa con el crecimiento de la compañía con la apertura de su primera tienda física en Seatle, demostrando así la importancia de estar tanto en el mundo online para incrementar la capilaridad de los productos, como en el mundo offline.

Paralelamente a esto, en el sector del contenido audiovisual, Amazon no ha dejado de crecer desde el lanzamiento en 2006 de su plataforma de contenido de pago, Amazon Prime Video.

La gran diferencia de esta plataforma frente a sus principales competidores es que, el usuario no se registra en un espacio de contenido audiovisual únicamente, sino que en caso de querer tener acceso a las series o películas que ofrecen, se debe registrar previamente en Amazon Prime. Este último, incluye, a parte de la cuenta en Prime Video, numerosos servicios y ventajas como pueden ser: el envío gratuito de pedidos en un periodo de dos días, el acceso a Prime Music, Prime Photos, Amazon Twitch Prime o a la Biblioteca de préstamos de libros de Kindle, entre otros.

A diferencia de otras OTT´s que sí utilizan, por ejemplo, a los distintos operadores para captar nuevos clientes y poder distribuir sus contenidos, Amazon hace su comunicación propia y compite con las grandes empresas de la telecomunicación dando la opción a sus usuarios de comprar canales adicionales en Prime Video a través de Amazon Channels. De esta manera, centraliza todo dentro de la plataforma consiguiendo que puedas tener el contenido que ellos ofrecen y aquel que compres de manera adicional. Esto refuerza su estrategia de dar cada vez un mayor número de ventajas al espectador y transmitirle el valor que tienen todas sus funciones, motivo por el cual estarán dispuestos a pagar más por ellas y querrán formar parte de esta gran red de servicios complementarios basados en la personalización y en el customer centric. Actualmente la suscripción anual a Amazon Prime se encuentra en 36€ (un 64% inferior respecto al precio fijado en EE. UU) frente a los 7,99€ mensuales de Netflix.

En el caso de Prime Video, con la intención de contar cada vez con más consumidores de este servicio, incrementan su catálogo de contenidos de manera constante y tratan de el aumentar el número de suscripciones en Prime para lograr así unos ingresos mayores para la compañía. Un ejemplo de esto, serían el acuerdo firmado en diciembre de 2017 con los tres gigantes audiovisuales españoles: Mediaset, Atresmedia y RTVE, o la participación en la puja por los derechos de retransmisiones deportivas, como ya hizo con Copa de las Naciones de Otoño de rugby de Reino Unido, al comprarla por 17,8 millones de euros.

Además, en 2014, la compañía identificó una gran oportunidad que aprovechó con la compra Twich Interactive, la plataforma de transmisión de videojuegos a través de la cual pretenden abarcar un público objetivo más juvenil por poseer un consumo audiovisual distinto al de otros segmentos más mayores que ya hacían uso de su plataforma.

Por otro lado, en España, cuenta con alianzas con las principales empresas de telecomunicación a través de acuerdos tanto de integración en sus plataformas, como de comercialización conjunta, replicando modelos que ya han llevado a cabo algunos de sus principales competidores como Netflix con Orange, por ejemplo.

En cuanto a la última acción reseñable llevada a cabo por la compañía, destacamos la compra en mayo de 2021 de los estudios de la Metro Goldwyn Mayer, a partir de la cual adquiere parte del catálogo de películas y series de MGM (que incluye títulos de culto cinéfilo como la saga 007-James Bond o Rocky).

En un momento en el que proliferan los servicios de streaming, este tipo de compras o acuerdos hacen que nos planteemos el futuro del cine y cómo evoluciona la producción y distribución del mismo. Por otro lado, el auge de los servicios de video bajo demanda se ha visto gratamente favorecido por la pandemia mundial que ha provocado cambios en las necesidades y formas de consumo de los usuarios. Por ello, actualmente el modelo ha cambiado y tal y como afirman algunos expertos, lo que hace temer por la desaparición de los estrenos en las grandes salas de cine, quedando finalmente desbancados por los estrenos en streaming.

En un futuro, parte del ocio seguirá estando vinculado al consumo de contenidos audiovisuales pero, seguramente, detrás de ellos esté una de las plataformas de contenidos streaming que mencionábamos anteriormente. En el caso de Amazon, tal y como afirman en su página web: “El deseo de innovar constantemente, siempre ha formado parte del ADN de nuestra compañía. En los próximos años, se verá cómo Amazon crea nuevas tecnologías, se expande a más regiones geográficas y continúa mejorando la vida de los consumidores y vendedores de todo el mundo.”, por lo que es de prever que, el crecimiento de la compañía sea cada vez mayor…Porque ya sabemos todos, que el Amazonas es el río más largo del mundo, pero ¿cómo de grande puede llegar a ser el imperio de Amazon?

En estos días de verano, la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) ha publicado un estudio sobre el sector de la publicidad en Internet:

“Estudio sobre las condiciones de competencia en el sector de la publicidad online en España”.

Aunque analiza asuntos y situaciones de sobra conocidas por los profesionales del sector, los datos que presenta no dejan de ser escalofriantes.

Según la información recogida por la CNMC, la publicidad en Internet en España supuso una inversión, en 2019, de 3.450 millones de euros, creciendo aproximadamente un 20% en comparación con el año anterior. De hecho, superó la inversión publicitaria absorbida por los medios Televisión, prensa y radio, de manera conjunta.

Hasta aquí todo serían buenas noticias, el problema surge cuando entramos en el desglose de esa cantidad.

El 70% de los 3.450 millones, fue a parar a manos de Google y Facebook, con un 50% y un 20% respectivamente. Si lo analizamos al revés, solamente el 30%, es decir, 1.035 millones fue la cantidad que se repartió entre el resto del mercado publicitario digital.

La tendencia a la concentración es preocupante ya que la mayor parte de la inversión va a parar a entornos donde se concentra también la propiedad del activo más valioso a día de hoy, los datos.

Esto es preocupante desde varios puntos de vista:

1. Hay una clara tendencia al oligopolio, con cada vez menos oportunidades para el resto de actores implicados en la parte de soportes.

2. También es una amenaza clara para los anunciantes, ya que se ven obligados a invertir gran parte de sus presupuestos en estos entornos.

3. Para las agencias, ni que decir tiene que estos players han roto los modelos de negocio tradicionales obligando a las agencias a incluirlos en las planificaciones de sus clientes, muchas veces sin sentido.

4. Como cuarto punto y, para mi, el más problemático se presenta la imposibilidad de tener una medición alternativa dentro de estos entornos. Hay que fiarse de las métricas que nos entregan porque no hay forma de cotejar que son ciertas de manera externa.

5. La opacidad y falta de transparencia que viene provocada por lo comentado en el punto anterior. Los anunciantes, especialmente si son pequeños, pueden desconocer dónde ha aparecido su anuncio. Los editores no tienen plena información sobre qué anunciante ha podido mostrarse en ciertas visitas a su página web. Ambos agentes, anunciantes y editores, pueden desconocer el coste de alguno de los servicios de intermediación.

Todos estos problemas y algunos más reflejados en el estudio pueden hacer que se reduzca el impacto positivo de la publicidad sobre el bienestar del consumidor así como hacer que se reduzca la eficacia y la eficiencia de la misma.

Como posibles medidas que ayuden a solventar esta situación, la CNMC recomienda lo siguiente:

1. Las autoridades de competencia deben seguir aplicando de manera continua y decidida la política de competencia como primera línea de defensa en el mercado de la publicidad online.

2. Las herramientas con las que se cuenta deben complementarse con la regulación sobre las plataformas digitales tal como se está abordando en la futura normativa europea de mercados digitales (DMA, Digital Markets Act). 

3. La compleja relación entre la protección del consumidor y de su privacidad y la promoción de la competencia en los mercados digitales debe tenerse en cuenta a la hora de definir el papel del consumidor y asegurar su máximo bienestar.

4. Es preciso adoptar un enfoque multidisciplinar y de cooperación entre las instituciones involucradas por los retos asociados a la publicidad online.
Es necesario reforzar las capacidades y los medios de las autoridades de competencia y regulación.

El mercado, como siempre en el entorno digital, va muy por delante de los gobiernos y las entidades regulatorias por lo que las medidas que adopten, probablemente llegarán tarde y las consecuencias pueden ser nefastas. Creo que sería obligatorio contar con un organismo estatal a la altura de la situación y que tome medidas apropiadas a tiempo, no cuando la situación ya no tenga vuelta atrás.

¿Lo conseguiremos? Lo veremos con el tiempo.

Fuentes:

https://www.programapublicidad.com/

https://www.cnmc.es/

Desde su creación en 2016, Tik Tok se ha consolidado como una de las plataformas más utilizadas por el sector juvenil. En anteriores posts ya os hablamos de su impacto entre los jóvenes de 11 a 18 años, cuya evolución ha desembocado en el uso por parte de empresas y marcas como canal propio para impactar e interactuar con sus usuarios a través del formato vídeo de 15 segundos de duración (aproximadamente).

Por otro lado, a diferencia de otros sectores y plataformas, la pandemia apenas hizo mella en la red social, donde aumentó tanto su volumen de usuarios como impacto de marca, superando el umbral de las 22 horas de uso activo mensual en los mercados internacionales (Fuente:  estudio Warc). Esto ha convertido a la plataforma en un auténtico imán para marcas y anunciantes, principalmente en los mercados de España (+391% de usuarios en 2020), Alemania (+353%), Francia (+312%), Italia (+301%) y Reino Unido (+282%), según datos de la consultora Ampere.

Así mismo, también se ha observado un incremento entre los usuarios pertenecientes a la Generación Z en Estados Unidos, superando otras plataformas de temática similar como Instagram o Snapchat, cuyas funcionalidades y herramientas cada vez se distinguen menos unas de otras. La encuesta de Warc también señala que el 44% de los directores de marketing derivarán una mayor inversión a Tik Tok durante los próximos meses, otorgándole más importancia a su contenido original y creativo como factor clave de diferenciación.

Pero debemos preguntarnos, ¿De dónde proviene este acrecentado éxito? Una de las posibles respuestas puede achacarse a su base principal, la inteligencia artificial con la que opera mediante un algoritmo desarrollado por la empresa tecnológica ByteDance. Algoritmo que la compañía matriz ha comenzado a vender a otras empresas (Fuente: Financial Times).

Este algoritmo podría considerarse uno de los factores clave del éxito de la plataforma, fundamentado en el ofrecimiento de recomendaciones según las interacciones del usuario: likes, hashtags utilizados, ubicación, idiomas, comentarios… o creaciones de contenido propias. De esta forma, se muestra contenido personalizado según el algoritmo va segmentando conforme las interacciones del usuario avanzan, llegando a ofrecerte contenido exclusivo que te tenga absorto durante cuatro horas sin pestañear (a una amiga mía le ha pasado. Bueno vale, te lo voy a decir, la amiga soy yo).

Así, ByteDance busca vender su algoritmo de Inteligencia Artificial a otras empresas, diversificando su negocio a través de la línea BytePlus, con varios clientes internacionales (Chilibeli, GamesApp, Singapur WeGo…). Entre ellos se encuentra la aplicación de calzado de moda Goat, con la innovación tecnológica como uno de sus estandartes principales, ya que en su aplicación ofrece la posibilidad de ver cómo puede quedarnos el calzado seleccionado usando la cámara de cualquier dispositivo. Así, las empresas podrán personalizar el algoritmo obtenido, adaptándolo según las necesidades de sus clientes y aplicaciones correspondientes.

Dentro de sus múltiples servicios, ByteDance incluye también la traducción automática de voz y texto, herramientas de análisis de datos, y efectos para vídeo en tiempo real. Otra de sus muchas funcionalidades comprende una tecnología de visualización que permite detectar y rastrear 18 puntos alrededor del cuerpo de cualquier usuario mientras realiza gestos o movimientos de baile, todo ello ya aplicado a la protagonista de este texto. Todas estas funcionalidades pueden aplicarse en el desarrollo de distintas aplicaciones, abarcando un mercado operativo tanto en el sector de la moda, financiero, o de viajes.

Tik Tok se suma así a una prestación de servicios ya utilizada por gigantes de la tecnología como Amazon, Google o Microsoft, ofreciendo su algoritmo de Inteligencia Artificial a terceros. De esta forma, Tik Tok amplía su gama de servicios a través de la oferta de uno de sus secretos mejor guardados, dejando vía libre para que otras plataformas amplifiquen sus funcionalidades más allá de la difusión de contenido. Se abre una nueva brecha de actividad en la que las redes toman el control, no solo a la hora de generar publicidad a través colaboraciones con marcas internacionales o influencers notorios (esa asignatura ya está más que aprobada), sino mediante nuevas formas de comercialización con herramientas de núcleo propio que otras empresas pueden utilizar para su uso, disfrute y adaptación.

¿Cuál será el siguiente paso? Recordemos que redes como Facebook ya se lanzaron a la creación de contenidos audiovisuales propios (con mejor o peor resultado, @Quibi…), o el nuevo objetivo de conquista del gigante Netflix en el sector de los videojuegos. La batalla campal por erigirse como plataforma líder ha comenzado, y Tik Tok acaba de sacar una de sus armas más potentes.